29.7.14

Diferencias entre Primera Express y Clase Económica


Las diferencias entre el de Primera Express y el Clase Económica son las siguientes:
-El de Primera es el tren turístico y se puede reservar, el Clase económica no se puede reservar.
-El de Primera cuenta con bar y restaurante, Clase Económica sólo cuenta con un snack bar donde se sirven alimentos rápidos y se tienen que tomar de pie.
-El de Primera sale todos los días, el Clase económica solo 3 veces por semana
-El de Primera admite 3 escalas con el mismo boleto, en el de Clase Económica se tendría que ir comprando el boleto por cada tramo que decida recorrer y esperando el tren según el día que pase.
-El de Primera sólo para en las estaciones turísticas, Clase Económica va parando en todas las estaciones por lo cual dura entre una y una hora y media mas.
-El de Primera cuenta con música ambiental, información turística, se obsequia la revista Destino Norte y hay venta de souvenirs, lo que en el Clase Económica no.


Primera Express Bar y Restaurante


14.7.14

El Sotol


El sotol viene de una planta de la familia de las agaves, abundante en los desiertos del  estado. Es semejante al tequila o al mezcal.
Parece que los indígenas lo consumían y le llamaban “sereque”. Sin embargo los españoles y darse cuenta de que su fermentación producía alcohol, lo sometieron al proceso de destilado e iniciaron  su producción desde el siglo XVIII, haciéndose famoso por sus supuestas cualidades medicinales.
Más allá de las terapias que recomendaron el sotol, esta bebida pasó al gusto norteño como el licor de la región. Dos zonas han adquirido fama por su sotol: Coyame, que es conocido por su Sotol de “perlitas” que son burbujas que se hace la bebida dentro de la botella; y Témoris, cuya flora está en las barrancas.
El proceso rudimentario consiste en recoger la “jima” o corazón del maguey silvestre en las laderas de los cerros.
Después se somete a un intenso cocinado con vapor que reblandecerá la penca y permite extraer el jugo  que pasa posteriormente a una fermentación natural, lo que hace que con el tiempo hace que los azucares se muden en alcoholes.
Ya fermentado este jugo, se coloca en los alambiques con fuego que permite su lenta destilación. Finalmente se deja reposar en barricas de roble blanco durante por lo menos medio año, tras lo cual está en estado optimo para servirse una copa.

Aunque la producción de sotol es muy reducida en Chihuahua por sus características singulares satisface el paladar del catador más exigente. Falta que internacionalmente obtenga el reconocimiento que se merece.

3.7.14

El corazón de la sierra: Cerocahui y Urique

En lo profundo de la sierra se encuentran estos dos pueblos encantadores,  ideales para quienes buscan rumbos poco trillados, aunque distintos en carácter, si relativa cercanía permite visitarlos, en el mismo viaje, a partir de la estación Bahuichivo.


Cerocahui es uno de los pueblos más peculiares y bonito de la sierra Tarahumara. Fue fundado en 1688 por el jesuita Juan María Salvatierra, el iniciador de la evangelización en Baja California. Su famosa iglesia de San Francisco Xavier, es la heredera de la antigua misión de adobe de tiempos virreinales reconstruida entre 1940 y 1952.


En los alrededores de Cerocahui se hallaran minas abandonadas y bellos paisajes naturales.
Al sur de Cerocahui continua el camino de 38 Km que desciende por las paredes de la Barranca de Urique, que no es otra más que la barranca del cobre, un poco más al sureste, con otro nombre y mayor hondura. Aquí la grieta casi alcanza los 1,900 metros de profundidad, por lo tanto es la más honda del estado.




Es sin duda, un recorrido muy placentero por las constantes panorámicas indescriptibles que acompañan a quien decide descubrirlas y es posible detenerse a descubrirlas , y es posible detenerse a apreciarlas en algunos de los miradores aparecidos en el camino.

25.6.14

Ciudad de Chihuahua

Aunque las primeras minas se encontraron en Chihuahua en 1646, hubieron de transcurrir 50 años antes de que los españoles pudieran iniciar un establecimiento formal después de lograr cierto dominio sobre los Tarahumaras. Por 1709, cuando llegó el Gobernador Antonio Deza y Ulloa, ya comenzaba la explotación regular de los ricos yacimientos. Para establecer la cabecera, eligió un sitio cercano a la junta de los ríos Chivíscar y Sacramento. Trazó un plano con lugar para plaza de armas, casas consistoriales, iglesia y solares para los vecinos. Y lo llamó Francisco de Cuéllar.




Pronto en 1718, ascendió de real a villa y cambió el nombre por San Felipe el Real de Chihuahua, del que conserva sola la última parte en 1823, cuando se convirtió en la capital del estado de Chihuahua.
De la época colonial, la ciudad conserva la Catedral, el Acueducto y los templos de San Francisco y Santa Rita como puntos más relevantes.

En Cuanto a edificaciones del sigo XIX , su profusión y calidad indican claramente la bonanza que se vivió en el Porfiriato. La arquitectura moderna y contemporánea, de la que también hay muestras interesantes, se fue mezclando en el perímetro central, hasta que se inició el rescate del antiguo patrimonio arquitectónico, que hoy recibe a los visitantes en todo su esplendor.

3.6.14

Los Rarámuris

A la llegada de los españoles el pueblo rarámuri ocupaba desde las grandes llanuras del centro de Chihuahua hasta la Sierra Tarahumara, pero el avance colonizador los obligó a replegarse hacia la sierra, era el único resguardo seguro para evadir del trabajo forzado en las haciendas y en las minas. Ahora las comunidades tarahumaras sólo se encuentran en una parte de la sierra, ya que aún en su refugio siguen siendo despojados. 

Los tarahumaras se llaman a sí mismos rarámuri. El término tarahumara es una corrupción o hispanización de la palabra rarámuri: tarámuri, inversión tarumari, de ahí proviene, según el padre Luis G. Verplancken, la voz tarahumara. La mención más antigua de este término la da el misionero jesuita Joan Font en 1608 al citarlos en una carta como "tarahumaros". 
Según el historiador Luis González el término rarámuri significa etimológicamente "planta (del pie) corredora" y que en un sentido más amplio quiere decir "Los de los pies ligeros", haciendo referencia a una de sus tradiciones ancestrales: la de correr. Sin embargo para ellos, los rarámuri son La Gente, los Hombres, los hijos de Dios. Los rarámuri, al igual que muchos de los grupos indígenas de nuestro continente, conservan como la herencia más importante su cultura y valores espirituales, resultado de miles de años de lucha social que los ha dotado de una intensidad de vida, una forma de existencia; una armonía en las relaciones humanas y con la naturaleza que está muy lejos de alcanzar nuestra sociedad moderna, a pesar de su notable avance tecnológico. 

Gran parte de las tradiciones actuales de los rarámuri son una apropiación de lo aprendido de los misioneros jesuitas durante los casi 150 años que convivieron en la época colonial. Expulsada la orden por mandato del rey de España en 1767, los rarámuri reinterpretaron el cristianismo, vaciaron símbolos y ritos en sus propios moldes, dejando lo que nada les decía y conservando y adaptando a su expresión cultural simbólica. El resto, tarea imposible para los misioneros debido a su mentalidad occidental y conceptual. 

Las comunidades rarámuri están constituidas por una población dispersa cuyo centro es el valle o el sitio donde está la iglesia o la misión. Hay rarámuris que se alejan más y habitan en cuevas o en cabañas rústicas, dentro de profundas barrancas o en las laderas de los cerros e incluso hay grupos que se desplazan estacionalmente: descienden a las barrancas durante el invierno, huyendo del frío, y regresan a las mesetas en la primavera o el verano. La autoridad máxima tradicional en la comunidad rarámuri es el Gobernador o Siríame, y generalmente reúne a todos los domingos para darles un nawésari o sermón en el que se ventilan los problemas de la comunidad. Los guías espirituales y doctores son los owirúames, de gran autoridad e influencia. 

13.5.14

Barranca Candameña (Piedra Volada)

Aunque esta barranca de 1,640 m. es menos profunda que la de Urique, Cobre, Sinforosa o Batopilas, algunos de sus miradores resultan soberbios debido a que la verticalidad del cañón es de las mayores y su anchura de las más pequeñas.
De tal suerte que los abismales desfiladeros, de más de un kilómetro de profundidad vertical, se suceden en unos cuantos cientos de metros, cosa que en otras barrancas ocurre en distancias de kilómetros. Cabe agregar que la mayor parte de la Barranca de Candameña está dentro del Parque Nacional de Basaseachi.
Para visitar la región es necesario ir a la pequeña comunidad de Basaseachi, localizada a 279 km al oeste de Chihuahua, se llega a ella por la carretera que va a Hermosillo, Sonora. Con dirección a Basaseachi salen autobuses desde la capital del Estado, aunque también se puede acceder a ella desde la población de San Juanito, cercana a Creel, son 90 km en caminos de terracería que pronto serán pavimentados.


Basaseachi, comunidad de unos 300 habitantes, cuenta con servicios limitados: dos hoteles sencillos, cabañas para rentar y restaurantes, así como una estación de gasolina. Aunque tiene luz eléctrica, falta servicio telefónico. Dentro del Parque Nacional existen varias áreas para acampar, pero sólo las del rancho San Lorenzo ofrecen buenos servicios.
Sesenta kilómetros antes de llegar a Basaseachi se encuentra Tomochi, población con mejor equipamiento y servicios.
En la cascada de Basaseachi es impactante el mirador que se sitúa justo donde cae la cascada, pues ofrenda a nuestros ojos una inusual vista de la caída de agua de gran magnitud y, por si fuera poco, es aquí donde propiamente nace la Barranca de Candameña. Desde ahí desciende una vereda turística, entre las paredes verticales de la barranca, que llega hasta la base de la cascada.
A medio descenso encontramos el mirador de La Ventana, que muestra otro ángulo fascinante de esta caída de agua. Entrando por la carretera de Las Estrellas, los miradores -del Rancho San Lorenzo- quedan frente de la cascada, en la otra cara de la barranca.

Una vereda de difícil acceso lleva a los miradores de Piedra Volada en la parte alta de esta cascada, y desde ahí se tiene a la vista la barranca, que abarca una de las partes profundas y más estrechas de la zona. Esta visión es imponente ya que se tiene adelante, a unos 600 ó 700 mts de distancia, la enorme pared rocosa de El Gigante, con un corte a plomo de más de 700 mts y que arranca desde la orilla del río de Candameña. Desde aquí sólo es posible ver la cascada descendiendo unos 15 mts con cuerdas, para lo que hay que dominar la técnica del rapel.
La cascada de Piedra Volada sólo se ve completa desde la pared de enfrente, y para llegar a ese espectacular mirador es necesario entrar con vehículo desde la comunidad de Huajumar, dejar el automóvil y caminar un poco más de una hora entre el bosque. Otro lugar desde donde se aprecia la cascada es el río Candameña. Para ello hay que descender al río desde la cascada de Basaseachi y caminar casi un día hasta donde se une el arroyo de Cajurichi con el río Candameña.
Por último, mencionaremos que hay otros miradores ubicados en el trayecto de Basaseachi a la comunidad minera de Ocampo, a 25 km de la primera, en el fondo de la Barranca del mismo nombre.

7.5.14

La cultura Tarahumara



Los reclusivos Indios Tarahumara son una tribu que escogido vivir apartada de la cultura occidental. Viven en forma primitiva y se alimentan principalmente del maiz, el frijol y su ganado.
En el Invierno viven en cuevas, y en el Verano se mudan a pequeñas cabañas de madera. Son muy buenos tejedores y producen cobijas de lana, de diseño sencillo pero excelente calidad que les proporcionan calor durante el rudo Invierno en los cañones. Los Tarahumara —como la mayoría de las tribus nativas de Norteamérica— han sufrido desde la llegada de los conquistadores.
Aunque no fueron afectados tan severamente —como otras tribus— por la viruela y otras enfermedades Europeas, muchos Tarahumaras sufren de tuberculosis, y su ciclo de vida es, en promedio, muy corto.
Los misioneros Jesuitas les han ayudado a aliviar los efectos de las enfermedades y los han motivado para que sus niños asistan a la escuela. Hay tours disponibles desde Creel, que te llevan a una Misión Jesuita y a una cueva Tarahumara. Estos tours te pueden dar cuando menos una ojeada a la cultura Tarahumara.


De acuerdo a la leyenda de los ancestrales habitantes de la Sierra, el mundo fué creado por Rayenari —Dios Sol— y Metzaka —Diosa Luna. En su honor, en el presente, ellos bailan, sacrifican animales y beben "tesguino".
Ahí, en donde la Sierra Madre Occidental se vuelve escarpada e irregular, viven los Tarahumara — que se llaman a sí mismos Rarámuri (pies ligeros).
La actividad más importante entre ellos es el cultivo del maíz y el frijol y algunos crían ganado. Dada la fragilidad de su economía, algunos buscan trabajo en los aserraderos.
La vida de este grupo ha cambiado; los antiguos Rarámuri tenían una dieta balanceada, además de consumir frutas y vegetales regionales, cazaban animales. En el presente, la industrialización y sus productos no les proporcionan los ingredientes nutricionales necesarios a su dieta.
En la actualidad, los Tarahumara constituyen el grupo indígena más grande del Estado de Chihuahua. Su número varía de 50,000 a 75,000 ya que es difícil determinarlo de manera precisa, debido a la inaccesibilidad de las montañas y los deficientes medios de comunicación.


Las regiones montañosas se dividen en dos grandes regiones llamadas Alta y Baja Tarahumara. A la primera corresponden las partes dominadas por la Sierra Madre Occidental, y a la segunda, la parte oeste de la misma Sierra, incluyendo la zona de los cañones en las tierras calientes del estado.