12.4.12

Pueblo Mágico de El Fuerte

Lo mágico 

Fundado en 1564 como la villa de San Juan Bautista de Carapoa, lo primero que llama la mención son sus obras arquitectónicas. Hay construcciones llenas de anécdotas e historias como el Palacio Municipal, la Plaza de Armas y el kiosco de hierro forjado, la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús y la Casa de la Cultura. 

Cinco lugares que no puedes dejar pasar:

Palacio Municipal:
Emblemático edificio de dos plantas construido con ladrillo y cantera. Su patio central está circundado con portales y arquerías que albergan el mural "La fundación de El Fuerte", que ilustra la historia del municipio. (Frente a la Constitución) 


Plaza de la Constitución:
Punto de reunión donde los fuertenses disfrutan de domingos culturales y artísticos; destaca su kiosco de hierro forjado, la torre del reloj y las espigadas  palmeras. Fue dudada entre 1800 y 1850. (Zócalo) 

Templo del sagrado Corazón de Jesús:
Altiva construcción que data del siglo XVI y que enmarca al centro del pueblo. Su estilizada torre, visible a la distancia, resalta entre todos los edificios aledaños. (A un costado de la Plaza de la Constitución)

Museo El Fuerte-Mirador:
Enorme estructura de piedra  cantera que se ha convertido en el símbolo del desarrollo cultural del poblado. Adorna la Loma de la Pila y es una remembranza del presidio colonial que ocupó el cerro en el siglo XVII. (Calle Constitución)

Los Portales:
Son obras arquitectónicas del siglo XVIII sostenidas por columnas de piedra tallada de forma prismática y cilíndrica. Es el sitio para disfrutar bebidas y antojitos locales. (Frente a la Plaza de la Constitución)

21.3.12

San Francisco de Conchos y sus alrededores



Esta es la tierra donde, según cuenta la tradición, lloró la pequeña imagen de la Virgen que está en la vieja misión franciscana. Cunado los indios conchos se sublevaron en 1645, dos misioneros regaron esta tierra con su sangre: fray Tómas de Zigarrán y fray Francisco Labado. Posteriormente se erigió en este lugar, en 1680, un presidio militar que permanecería hasta mediados del siglo XVIII.

Junto con la misión de Coyame y el resto de los pueblos fundados en el río Conchos, tuvo gran relevancia durante el periodo colonial.

Además del atractivo que representa su cercanía con el río, aún pueden verse vestigios del acueducto y otras construcciones coloniales como el templo de San Francisco de Asís, el panteón y la capilla de la Virgen de Guadalupe. 

14.3.12

Los primeros años del tren en el norte de Sinaloa


Desde finales del siglo XIX, Sinaloa presentaba un ángulo muy alentador en su economía y la enorme riqueza hidráulica proporcionaba características muy adecuadas para el cultivo, desarrollando una agricultura y vigorosa. La minería, como actividad principal en Sinaloa, mostraba un excelente panorama, favoreciendo la economía estatal y regional, se producían metales preciosos, aunque también se inició la explotación de metales preciosos, aunque también se inició la explotación de metales industriales como el cobre. Las comunicaciones con el exterior se realizaban por barco, vía los puertos de Altata y Mazatlán. Con el interiores utilizaban diligencias y carretas, sistemas muy socorridos en aquellos tiempo.

Las innovaciones tecnológicas, aplicadas a las diferentes ramas de la producción, motivaron su incremento, haciendo necesaria la implantación de un sistema de transporte que posibilitara la salida más rápida de los productos hacia el mercado internacional y regional, y el ferrocarril le vino a dar solución y a contribuir con este desarrollo. Aunque en Sinaloa la construcción de líneas ferroviarias fue posterior a la del centro-noreste del país, el tendido de vías inicia en el Porfiriato, durante el gobierno del General Francisco Cañedo (1877-1909). El primer ferrocarril que operó en Sinaloa fue el popular Tacuarinero (1883), que cubría los 62 km que median entre el puerto de Altata y la ciudad de Culiacán; se construyó como parte del Ferrocarril Occidental Mexicano.

Entre 1900 y 1910, se tendió la parte sinaloense del ferrocarril Kansas City, Mexico and Orient, que es actualmente el Ferrocarril Chihuahua-Pacífico (CHEPE). El Kansas pretendía correr de Ojinaga a Topolobampo a San Felipe. El puerto de Topolobampo se abrió en 1902 como puerto de altura para la introducción de material ferroviario que importaba la empresa Kansas City Mexico and Orient; en estas mismas fechas se construyó el ferrocarril South Pacific (actual Ferrocarril Pacífico),  que recorre al estado en toda su longitud, y la frontera estadounidense; en 1927, la vía férrea llegó hasta Guadalajara.

La producción minera creció en volumen y en valor, y por más de un siglo fue el principal producto de exportación al mercado internacional. Sin embargo, a finales del siglo XIX y principios del XX, hubo una criis del precio de la plata, y luego del cobre, que deterioraron esta tradicional actividad económica de Sinaloa, por lo que la minería empezó a perder su principal papel económico en la región, a la par que crecía la importancia de la agricultura.

Ya desde 1880, la región de Los Mochis  se perfilaba como un motor agrícola con la fundación de los primeros ingenios azucareros. Importantes compañías se establecieron, como The Aguila Sugar Refining Company y después la Sinaloa Sugar Company, del empresario estadounidense Benjamin Francis Johnston, quien llegaría a administrar los más importantes ingenios azucareros del estado.

Hoy día, el turismo es parte importante del desarrollo de la región. En 1961, con la conclusión del sistema de vía férrea Chihuahua al Pacífico a través de la Sierra, Los Mochis se convirtió en la puerta de entrada a las barrancas del Cobre. 

7.3.12

Chihuahua Ciudad en movimiento



Visitar Chihuahua no sólo es adentrarse en el estado más grande de la república Mexicana, en donde es posible encontrar una gran variedad de ecosistemas, desde desierto hasta bosque, Chihuahua también es tierra de revolucionarios, tarahumaras, menonitas y de grandes aventureros que gozan explorando su fascinante y agreste geografía.

La ciudad de Chihuahua ofrece grandes museos, hasta sitios históricos como la casa del general Francisco Villa. Esta vieja casona se encuentra en las calles de Chihuahua antiguo, y fue aquí donde el revolucionario compartió momentos con su única esposa reconocida por la ley. Pancho Villa habitó esta casa cuando fue gobernador del estado; actualmente alberga un museo.


En el centro de la ciudad encontrará la Catedral, de estilo barroco, y la Plaza de Armas, donde es posible refrescarse con una rica nieve o bolear los zapatos con alguno de lo boleros instalados en unos peculiares quioscos a orillas de la plaza.


Cerca de ahí se encuentra el Museo de Arte Sacro el Palacio Municipal. Por la calle Libertad se llega a otro punto obligado de visita: el Palacio de Gobierno, en cuya planta baja se localiza el Museo de Hidalgo, diseñado para rendir homenaje al Padre de la Patria. Es posible visitar el calabozo donde este personaje estuvo preso antes de ser fusilado el 3 de junio e 1811.


Las Calles y mansiones de Chihuahua conservan muchas historia, algunas de ellas de amor, como la de la mansión conocida como Quinta Gameros, que actualmente es un centro cultural.

Cerca de la ciudad existen muchos otros lugares para visitar, como Delicias, cónsul famoso museo paleontológico, el Parque Nacional Cumbres Cuauhtémoc, con sus comunidades menonitas, todos ellos a una hora de distancia de la ciudad.
 

29.2.12

Ojinaga y alrededores



Al sitio donde los ríos más caudalosos de Chihuahua- el Conchos y el Bravo- mezclan sus aguas, llegó en 1684 el maestre de campo Juan Fernández de Mendoza y tomó posesión de la tierra, en nombre de la corona española. Pasaron 30 años hasta que el virrey de Valero ordenó al sargento mayor, Juan Antonio de Trasviña, somete a los indígenas nativos que merodeaban por las riberas de ambos ríos, impidiendo la labor de los misioneros y de los colonizadores.

Trasviña fundó Santiago de Coyame y Nuestra Señora de Begoña y, desde lo alto de una sierra que llamó De la Cruz, vio el fértil valle de Ojinaga. Sus hombres atravesaron el río y en la otra banda levantaron cuatro misiones: la de Aranzazu, la de Guadalupe, la de San José, y finalmente la de San Cristóbal. Esos nombres, perdidos todos en el polvo del desierto, se recuerdan apenas en algunos renglones de la historia.

Las misiones de los ríos se despoblaron diez años después, cuando los indios se alzaron y la región volvió a ser como antes. Para detener a comanches y apaches , los novohispanos establecieron un presidio militar en 1759, al que llamaron Presidio del Norte. Ese nombre le quedó hasta 1865, cuando los liberales chihuahuenses cambiaron el viejo nombre por el de Villa Ojinaga, en memoria de su correligionario Manuel Ojinaga, asesinado por los imperialistas en la Sierra Tarahumara.  En cambio los invasores norteamericanos que se establecieron a la izquierda del río Bravo conservaron el nombre de Presidio, tan cargado de historia.

Ojinaga, localizada a 223 kilómetros de la capital chihuahuense, siguió siendo paso de aventureros desesperados que desafiaban a víboras y coyotes del desierto. De esta frontera salió el general Luis Terrazas con su carga de pesos y parientes a buscar amparo y refugio del otro lado del Bravo, mientras Villa le pisaba los talones, le quemaba trenes y tomaba a su hijo de rehén.

En Ojinaga usted podrá sentir la emoción de pisar un paisaje casi lunar; podrá imaginar el principio del mundo; podrá meter las manos en la arena y quedarse con los fósiles de peces y caracoles que vivieron en este mas de Tetis. Las noches de luna confundirán los aullidos de los coyotes con los alaridos de apaches y tobosos que, como fantasmas, siguen reclamando su tierra. No se pueda este paisaje de lechuguilla, de flores insólitas que viven un solo día, y del agave que da la savia para destilar sotol, bebida que se hace  perlas en la botella y consuela la soledad del desierto.

22.2.12

Cueva de la Olla

A 55 kilómetros de Casas Grandes rumbo del suroeste,- 45 pavimentados y 10 de terracería - por la carretera a Mata Ortiz se llega al sitio llamado Valle de las Cuevas. Es recomendable contratar los servicios de algún guía local que conozca bien los caminos para llegar hasta aquí. 




Este conjunto arqueológicos se compone de siete recintos o habitaciones, incrustados dentro de una enorme cueva rocosa. Por su originalidad, destaca el enorme granero o coscomate, como se le denominada comúnmente, de carácter circular en forma de olla de grandes dimensiones. Los indígenas usaban estos depósitos como silos para guardar granos y comestibles, protegiéndolos de la humedad y los roedores. Se pueden considerar estas construcciones dentro del complejo Paquimé, ya que su edificación es a base de adobes colados, con la misma técnica usada en Casas Grandes. 


16.2.12

Los Mochis Puerta de entrada a las Barrancas.


Desde finales del siglo XIX, con el sueño del ferrocarril por parte de Albert Kimsey y Owen y la fundación de los primeros ingenios azucareros, llegan los primeros colonos norteamericanos y sinaloenses a las cercanías de Topolobampo. Pero es hasta el 20 de abril de 1903, que se funda por decreto de la alcaldía de Los Mochis y se empieza a dar el primer trazo de la ciudad.

Los Mochis es una ciudad joven y moderna, fusión de dos culturas.: norteamericana e indígenas de la raza mayo del norte de Sinaloa. Al llegar a Los Mochis encontrará una tierra extraordinariamente fértil y un lugar lleno de calles reticulares, anchas y arboladas. Este destino brinda gran hospitalidad en sus hoteles de primera calidad, poniendo a disposición del visitante todos los servicios y la información para ayudarle a planear un itinerario inolvidable.

Los Mochis es un lugar estratégico del noroeste del Pacífico Mexicano, que forma para fundamental del “Corredor Barranca del Cobre”. Se puede ingresar a él vía marítima (ferry La Paz-Topolobampo) o área, y está conectado por una autopista que une al estado a lo largo de todo el país.

Entre los muchos atractivos que se pueden conocer en Los Mochis, encontramos el Museo Regional, el Jardín Botánico,  el puerto de Topolobampo, las Islas del Farallón y la de los Pájaros, así como la playa de El Maviri.