A escasos 100 kilómetros
de la ciudad de Chihuahua se encuentra este maravilloso cañón lleno de
misteriosas cuevas. El camino es bastante bonito, de paisajes amplios y cielos
despejados.
Manejando por esta bonita carretera la vegetación empieza a
anunciarte un cambio. Estás saliendo de un paisaje árido para ingresar a uno
montañoso. Las flores y los árboles te anuncian que te vas acercando a un lugar
más húmedo.Antes de llegar hay una zona de estacionamiento decorada por bellos sauces. En esa zona hay áreas de asador y botes de basura para que puedas cocinar tu carne asada. Ahí bajas del coche para realizar la caminata. La humedad del aire es reconfortante. El sonido de las cuevas atrayente. Si eres aventurero puedes ingresar en una de las cuevas ya que son bastante profundas.
Al llegar a San Francisco de
Borjes viras a la derecha. El camino está claramente indicado con unas flechas
que pusieron los nativos. El poblado es muy pintoresco con una bonita plaza al
centro. Ahí puedes ver a la gente paseando.
Salir del poblado rumbo al cañón y hay que tomar un camino de terracería, el camino está en perfecto estado por lo que cualquier tipo de
coche puede accesar. Pasar un par de riachuelos y darse cuenta que la
vegetación ha cambiado por completo.
Ahora todo es humedad, se puede
sentir la respiración del cañón acercándose, se puede sentir que te llama.
Este
lugar esta colmado de una misteriosa paz. Al final del
cañon hay un altar católico. Se dice que lo pusieron los españoles para
recordarle a los nativos la conquista. Tal vez los nativos consideraban el cañón
un lugar sagrado, eso me da a pensar la extraña paz que sentí y el altarcito
viene a comprobar este sentimiento.
Que hermosos paisajes hay en mi lindo chihuahua..!
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