16.5.13

La cultura Tarahumara


 Cuando el  Jesuita Juan Fonte fundó en lo que hoy es Balleza una misión para Indios Tepehuanes, supo que tenían fricciones con los llamados raráhumare, o sea “corredores de a pie”. Al redactar su informe anual en 1607, el padre Fonte se enfrentó al dilema de no usar la letra R –que suena fuerte al principio de palabra- Pues deformaría el gentilicio que pretendía escribir, así que optó por escribir tarahumares, en vez de rarámaris.
Los estudios arqueológicos revelan su presencia en la sierra Chihuahuense desde hace cerca de 10 mil años. La antropología los considera de origen Náhuatl, y su lengua está clasificada dentro del grupo uto-azteca.

Es sorprendente que el numero aproximado de 40 mil individuos reportado por los jesuitas en el siglo XVII haya permanecido mas o menos estable hasta nuestros días, así como la homogeneidad de su cultura e idioma, a pesar de que nunca tendieron a formar comunidades, debido probablemente a la geografía de su hábitat- que no permite cultivos extensos- y a que las planicies son demasiado áridas para sembrar, por lo que vivían también de la caza y la pesca.


Aun conservan juegos con antiguas raíces religiosas: la carrera de bola de encino entre los hombres, conocido como rarajípari, y las carreras de mujeres que se lanzan dos pequeños aros entrelazados, a los que les llaman rohuena. Compiten por equipos que representan sus rancherías; los hombres recorren distancias kilométricas que se cubren sin interrupción, lanzando con el empeine la bola hacía adelante mientras los espectadores lo estimulan gritando “¡huériga, huériga!” y les ofrecen pinole y tesgüino.

25.4.13

La Ruta


La Ruta

El camino del  Chepe es a través de Chihuahua, Cuauhtémoc, Creel, Divisadero, Cerocahui, El Fuerte y Los Mochis,  es decir pasa por la Sierra Tarahumara, dentro de la cual están las Barrancas del Cobre (las cuales por cierto, son más grandes que el Gran Cañón en Estados Unidos). Debido a las diferentes altitudes por las que pasamos, y al extenso camino que recorremos, podemos ver una gran cantidad de ecosistemas y paisajes los cuales son increíbles. De hecho, para disfrutar mejor este viaje, nosotros damos varias recomendaciones:

A) Es un viaje que se tiene que realizar varias veces: Esto debido a los cambios en los ecosistemas, a los cambios culturales, y en general a la evolución física de los lugares.
B) Planear el viaje para tener suficiente tiempo: es decir, recomendamos que no se recorra todo en un sólo viaje, siempre es bueno parar en ciertos lugares y visitarlos (en otro post hablaremos de las paradas), claro que las vistas desde el tren valen mucho la pena, pero no hay como poder recorrer los lugares, disfrutarlos, conocer a su gente, su cultura, su gastronomía, etc.
C) Investigar las diferentes actividades que se pueden realizar (actividades de las que estaremos hablando en este blog, como el ciclismo, la pesca, kayaking, etc...)



18.4.13

Artesanía Tarahumara




Las artesanías Tarahumaras (o Rarámuris) suelen ser ollas de barro, platos, vasos, tazas, cajetes, y jarros, o bien canastas hechas de palma de diferentes tamaños (las cuales también son muy famosas entre los turistas), estas artesanías suelen ser fabricadas por las mujeres; mientras que los hombres suelen ser quienes fabrican violines, bolas, arcos y tambores, bateas, figuras de madera y cucharas, así como también cobijas con figuras geométricas.


El barro es esencial en la cultura Tarahumara debido a la importancia comercial que tiene en estos momentos, pues es lo que más fabrican y en el material en el que más se basan para hacer sus artesanías. La mayoría de estas artesanías buscan venderlas a turistas y otras las usan como sus utensilios.

10.4.13

Chihuahua Ciudad en Movimiento

Visitar Chihuahua no sólo es adentrarse en el Estado más grande de la República Mexicana, en donde es posible encontrar una gran variedad de ecosistemas, desde desierto hasta el bosque, Chihuahua también es tierra de revolucionarios, Tarahumaras, menonitas y de grandes aventureros que gozan explorando su fascinante y agreste geografía.

La ciudad de Chihuahua ofrece desde grandes museos, hasta sitios históricos como la casa del general Francisco Villa. Esta vieja casona se encuentra en las calles del Chihuahua antiguo, y fue aquí donde el revolucionario compartió momentos con su única esposa reconocida por la ley. Pancho Villa habitó esta casa cuando fue gobernador del estado; actualmente alberga un museo.




En el centro de la ciudad encontrará la Catedral, de estilo barroco, y la Plaza de Armas, donde es posible refrescarse con una rica nieve o bolear los zapatos con alguno de los boleros instalados en unos peculiares quioscos a orillas de la plaza.

Cerca de ahí se encuentra el Museo de Arte Sacro y el Palacio Municipal. Por la calle Libertad se llega a otro punto obligado de visita: el Palacio de Gobierno, en cuya planta baja se localiza el Museo de Hidalgo, diseñado para rendir homenaje al Padre de la Patria. Es posible visitar el calabozo donde este personaje estuvo preso antes de ser fusilado el 30 de junio de 1811.



Las calles y mansiones de Chihuahua conservan muchas historias, algunas de ellas de amor, como la de la mansión conocida como Quinta Gameros, que actualmente es un centro cultural.

Cerca de la ciudad existen muchos otros lugares para visitar, como Delicias, con su famoso museo paleontológico, el Parque Nacional Cumbres de Majalca, con sus caprichosas formaciones de roca, y Ciudad Cuauhtémoc, con sus comunidades menonitas, todos ellos a una hora de distancia de la ciudad. 

21.3.13

Parque Nacional Cascada de Basaseachi


Por la carretera que va de chihuahua con rumbo a Yécora Sonora, después de pasar por Tomochi, se entronca otra carretera; a 12 Kilómetros de este crucero se encuentra la Cascada de Basaseachi, forma corrupta del antiguo topónimo rarámuri Baseseachic. Este nombre fue tomado del pueblo próximo a la cascada, perteneciente al municipio de Ocampo.
 
EL entorno está formado por bosques de pinos, barrancas y arroyos con minúsculos valles cultivado por los nativos. Poco antes de llegar al precipicio. El caudal del río Basaseachi crece con la corriente de dos arroyos de tal manera que sobre todo en temporada de lluvias, al precipitarse el torrente hacia un abismo de 246 metros de altura, se hace una de las caídas de agua más altas de planeta. Su belleza se acentúa al caer en chorro, sin ningún obstáculo, lo que provoca que las capas de aire vayan extendiendo poco a poco el agua antes de llegar al fondo.

De lejos parece un gran abanico cerrado de fino encaje blanco; en la sima de los paredones de basalto el agua se vuelve a juntar y, con el nombre de río Candameña, forma una serie de rápidos que llegan hasta el río Mayo.

En el área cercana a la cascada hay barrancas majestuosas que tienen hasta mil metros de profundidad, como Nabosáigame y Candameña cuyo inicio se admira desde lo alto de la cascada Basaseachi.

En los paredones de algunas de estas barrancas existen cuevas que sirvieron de morada a los pimas. Ocupantes de esta región de la sierra.
En Yepáchic, Tutuaca, Maicoba y Yéroca aún es posible entrar en contacto con las familias de esta etnia que conserva su antigua lengua y cultura.

14.3.13

Camargo



A la Perla de Conchos, como también ese le dice a la ciudad de Camargo se llega por la carretera 45-, se ubica a 150 kilómetros de la capital chihuahuense y a 20 de San Francisco de Conchos. Esta región fue punto obligado de paso entre el norte y el sur del estado desde tiempos coloniales No obstante, la fundación formal de Camargo  fue bastante tardía.


Después de la última rebelión tarahuamara, al final de la centuria, se hizo un intento por aceptar el establecimiento de alguno grupos rebeldes en las tierras que hoy ocupa Camargo, pero los nativos prefirieron regresar a su lugar de origen en la sierra.

En 1797, el comandante de las provincias internas, don Pedro de Nava. Ordenó el traslado de 28 familias de San Francisco de Conchos a este sitio que fue llamado Santa Rosalía. Cien años después, el Congreso de Chihuahua cambió el antiguo nombre de la población por el de Ciudad Camargo, en honor del caudillo insurgente Ignacio Camargo, fusilado en 1811.

La ciudad tiene grandes arboledas de álamos y nogales, ideales para pasear a su sombra. La mayoría de sus casas son construcciones del siglo XIX, con frescos jardines interiores que invitan al descanso. Es notable la parroquia con su torre y sus altares neoclásicos. Así como las zonas arboladas que enmarcan al Parque Infantil. Otro edificio que seguramente le encantara es el que ocupa el Ayuntamiento. Cuya campana marca un tiempo que se antoja porfiriano; al repicar, vuelan en desbandada los chanates de la sombreada Plaza Hidalgo.


Como rosa de los vientos puesta en el corazón del estado , este oasis de paz es cuna de ilustre chihuahuenses, entre ellos, el muralista David Alfaro Siqueiros y el cineasta Gonzalo Martínez.

Además de la Presa de la Boquilla, en la corriente del río Conchos hay otras presas: El Tigre donde funciona desde 1918 una planta hidroeléctrica, y más adelante el Lago Colina, inaugurado en 1927.

Al oriente de Camargo inicia un enorme desierto en el que se localizan depósitos lacustres como las lagunas de jaco, Gigantes y patos. En medio de esta árida zona también está uno de los depósitos ferrosos más importantes de la República: el mineral de La Perla, con un ferroducto que atraviesa el desierto y lleva el metal hasta los hornos de Monclova, en el vecino estado de Chihuahua. 

7.3.13

San Ignacio Arareco


A 8 km de Creel está San Ignacio de Arareco, un valle, un paisaje alpino con formaciones rocosas que, atendiendo a a sus formas se le ha denominado Valle de los Elefantes, o Valle de los Hongos. Un poco más adelante hay un lago con aguas cristalinas bordeado de rocas, pinos y encinos, cuyo follaje adquiere un color rojo y dorado durante el otoño.


El sitio es ideal para acercarse a las formas de vida de los rarámuri; se trata de un mundo distinto, lleno de colores intensos y de dulces vocablos. Las fiestas tradicionales de los rarámuri en Semana Santa y el día de San Ignacio (a finales de julio), tienen en Arareco su mejor ejemplo.


Se puede practicar la pesca o simplemente pasear en lancha y hacer algún deporte acuático. Poco más adelante está Cusárare con un pequeño museo etnográfico instalado junto a la misión jesuita del siglo XVII. Cerca del poblado hay una cascada de 30 metros de altura, que en verano se convierte en un gran torrente. Un par de Km adelante, siguiendo los acantilados del arroyo, pueden observarse pinturas rupestres con representaciones de cacería de venados.


A partir de Creel, perfectamente comunicada por tren y carreteras, se sugiere visitar Batopilas y Guachochi. También aquí salen caminos y veredas que conducen al mundo Tarahumara